Como viene siendo habitual, durante la época estival la Guardia Civil ha desarrollado una campaña específica dirigía a prevenir el inicio y desarrollo de incendios forestales, así como la investigación de los que, a pesar de las especiales medidas adoptadas, se producen.
Aunque la prevención e investigación de incendios forestales es una constante en la actividad diaria de los componentes del Cuerpo (principalmente del SEPRONA), el esfuerzo principal se ha desarrollado entre los meses de junio a septiembre.
Los resultados obtenidos abarcan no sólo la campaña especial de verano sino todo el período comprendido entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2010.
En lo que llevamos de año el número total de incendios se ha reducido en un 27.16% con respecto al año pasado, al pasar de 14.363 en 2009 a 10.462 en 2010.
Por lo que respecta a las hectáreas afectadas por los incendios, la cifra ha descendido en más de un 60%, pasando de las 116.104 hectáreas calcinadas en 2009 a las 44.730 de este año.
Como consecuencia de las investigaciones realizadas, el número de personas detenidas o imputadas como responsables de los incendios, intencionados o negligentes, fue de 200 entre enero y septiembre de 2010, de las cuales 132 lo fueron por la Guardia Civil, lo que supone un 66% del total.
Con estas campañas se acentúan las medidas de vigilancia durante los meses de junio a septiembre, manteniendo la máxima alerta y el mayor esfuerzo durante las horas de mayor peligro y en función de los mapas de riesgos meteorológicos.
La finalidad es contribuir, junto a otros órganos de la Administración, a la prevención coordinada, al establecimiento de medidas de seguridad y a la investigación de los incendios forestales.
Para ello, es fundamental la participación del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), Servicio de Montaña, Agrupación de Tráfico, Agrupación de Reserva y Seguridad, Servicio Aéreo, Servicio Rural y Servicios de Investigación e Información de cada Comandancia de la Guardia Civil.
Los cometidos que desempeña la Guardia Civil en esta labor son, entre otros, colaborar en la vigilancia preventiva de las masas forestales y zonas susceptibles de padecer incendios, detectar el inicio del fuego para transmitir la alarma abortando el conato de incendio si ello es posible, alertar a las personas que puedan hallarse en peligro y, en su caso, evacuarlas.
Otros cometidos consisten en establecer cinturones de vigilancia y seguridad en la zona perimetral del incendio, acotar los lugares de inicio del fuego para, posteriormente, investigar las causas, recoger las pruebas o indicios y, a través de ellos, establecer las causas del siniestro e Instruir las diligencias o denuncias correspondientes para ponerlas a disposición de la Autoridad competente.
