El Teléfono Único de Emergencias 1-1-2 cumple trece años desde su implantación. Un servicios impulsado por el Gobierno de Canarias que coordina a todos los cuerpos y fuerzas de seguridad y emergencias, para acortar el tiempo de respuesta ante una llamada de auxilio y hacerla más eficaz. Todo esté complejo engranaje cotidiano para salvar vidas está dirigido por Luis Santacreu.
-¿El 1-1-2 da una respuesta rápida en toda Canarias? ¿Cualquier emergencia recibe atención en el mínimo tiempo posible?
“Entre 7.000 y 8.000 llamadas diarias es imposible que con alguna emergencia se tarde más porque los recursos son limitados o te puedes equivocar. Nadie está exento de eso. Nosotros, que somos un servicio público, hacemos unas encuestas para pasar un control de calidad y hacer autocrítica. Preguntamos al ciudadano el grado de satisfacción que tiene sobre el servicio. Evidentemente se ha ido mejorando en trece años de funcionamiento, aunque todavía queda mucho de mejorar, pero hay que tener en cuenta que en Estados Unidos este servicio puede tener más de 60 o 70 años. Y allí además cuando el ciudadano llama, paga por esa llamada”.
- ¿Qué balance hace de estos 13 años de 1-1-2 en Canarias?
“Hemos mejorado bastante, y aprendido de los errores, por ejemplo el de las lluvias de 2002 en Santa Cruz de Tenerife, cuando se cae el servicio, porque era imprevisible que una tormenta se anclara y cayera tanta lluvia en tan poco tiempo y en el mismo sitio. Se cayeron todas las centrales, Cruz Roja, hasta las operadoras de telefonía. De esos errores hay que aprender, y posteriormente se montó un sistema de diversificación de la llamada, es decir, tenemos dos salas, y cada una conectada a una central telefónica diferente en sitios diferentes, de tal manera que si se inunda una, sigue funcionando la otra. La de Las Palmas tiene otras dos. Si caen las de Tenerife, automáticamente las llamadas de la provincia entran por las de Las Palmas”
- Osea, que el riesgo de que los ciudadanos se queden sin este servicio de emergencias como pasó en 2002 es ya nulo.
“Bueno, nunca podemos decir que es imposible, porque si caen las cuatro centrales sería en una catástrofe de unos niveles increíbles. Pero el riesgo de caída se ha reducido al mínimo con este sistema”.
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