En el marco de las primeras jornadas del proyecto Heritprot, celebrado durante estos días en la ciudad de La Laguna, se ha logrado afianzar el compromiso de Europa (nueve países europeos participantes en la iniciativa: España, Rumanía, Letonia, Polonia, Lituania, Hungría, Noruega, Gran Bretaña y Portugal) con la firma de un protocolo de colaboración para apostar y trabajar de forma coordinada en la protección de las ciudades históricas.
Los ejemplos de sucesos acecidos en inmuebles históricos canarios como por ejemplo el incendio de la Casa Salazar en 2006, en el que intervinieron todos los recursos de emegencia disponibles y en el que se llegaron a alcanzar las 1.000 calorías en el patio interior, han servido de ejemplo durante estos dos días de intenso trabajo para saber cuáles deben ser los procedimientos operativos adecuados a la hora de enfrentarse a las llamas en un inmueble con protección especial.
Entre las conclusiones y los análisis realizados por los expertos que intervinieron en este suceso, el Oficial Jefe del Consorcio de Bomberos de Tenerife, Salvador Reyes Suárez, insistió en la importancia de activar de forma inmediata a los cuerpos de emergencia en este tipo de situaciones, ya que “cada segundo cuenta para poder minimizar las consecuencias del fuego. En el caso del incendio del 2006, los bomberos 46 segundos después de que fueran activados ya estaban movilizados hacia el lugar . No obstante, se conjugaron varios factores, entre ellos la madera de Tea del inmueble, especialmente resinosa, la propia estructura intercomunicada del Obispado, que favorecieron la rápida propagación del fuego”.
Por su lado, el arquitecto técnico y miembro del equipo de restauración de la Casa Salazar, José Miguel Márquez Zárate, explicó el complicado proceso de restauración al que fue sometido el inmueble tras el incendio y narró algunas anécdotas del suceso, como por ejemplo, la inexplicable supervivencia de los peces de la fuente del patio o de los cuadros de la Virgen de Candelaria y del Papa Juan Pablo II, teniendo en cuenta que todo el patrimonio artístico almacenado en el inmueble fue pasto de las llamas.
En la jornada de hoy, además, ha tenido lugar la firma del Protocolo de Colaboración por el que todos los países participantes del proyecto se comprometen a trabajar para afianzar planes comunes de acción y de salvaguarda especiales para la protección de los inmuebles históricos.
Tras este primer encuentro entre socios, se marcarán nuevas jornadas de trabajo y futuros simulacros para implementar las buenas prácticas identificadas. En concreto, en la isla de Tenerife, los conocimientos adquiridos serán utilizados en caso de emergencia en todos los cascos antiguos.
