La Escuela de Servicios Sanitarios y Sociales de Canarias (Essscan) ha elaborado un manual que se repartirá por todos los colegios de la Macaronesia para enseñar a los docentes a realizar adecuadamente los primeros auxilios ante diversas situaciones en sus respectivos centros, como accidentes o heridas, Con este manual se pretende adiestrar a los profesores para que sepan hacer frente a situaciones que se pueden dar en cualquier centro escolar, como atragantamiento, ahogamiento, intoxicación, quemadura, insolación o lipotimia. Así como a enfermedades crónicas que pueden padecer los alumnos, como asma, epilepsia, diabetes o alergias.
“Queremos adiestrar a los docentes para que sepan cómo comportarse ante estas situaciones. Gracias a esta formación ya no sentirán angustia o miedo cuando suceda una emergencia. Saber actuar puede salvar vidas”, señaló la consejera de Sanidad, Brígida Mendoza, que añadió que este aprendizaje aporta tranquilidad a los docentes y a las familias sabiendo que “todos tenemos a nuestros niños y a nuestras niñas en buenas manos”.
Con el título Manual de sensibilización y actuaciones básicas en caso de emergencias para docentes, este texto forma parte de las actividades del proyecto de cooperación transnacional de la Red Euroafricana de Emergencia Sanitaria (React), que lidera la Essscan, dependiente de la Consejería de Sanidad. El proyecto nace con el objetivo de impulsar una cooperación sanitaria que permita fortalecer los servicios nacionales de salud en los países africanos.
De este manual se han realizado 21.000 copias (7.000 en castellano, 7.000 en portugués y 7.000 en francés) y en él se incluye un directorio de contacto de los servicios de emergencias de Canarias, Mauritania y Cabo Verde. En sus 16 páginas, acompañadas de dibujos infantiles, se explica a los maestros cómo actuar en un primer instante ante una emergencia vital hasta la llegada de los servicios de emergencia.
Ante un caso de gravedad, entre las recomendaciones se encuentra evitar que se agraven las lesiones, mantener la calma, evitar aglomeraciones, no mover al accidentado hasta estar seguro de que no hay riesgo de empeorar las lesiones, examinar al accidentado y valorar, tranquilizar al accidentado, mantenerlo caliente, avisar al personal médico sanitario, garantizar un traslado adecuado y no medicar. Si se trata, por ejemplo, de un paciente crónico que padece diabetes, es importante diferenciar entre hiperglucemia (caso en el que al niño se daría agua) e hipoglucemia (en el que se darían hidratos de carbono y se le colocaría en posición de seguridad tumbado con la cabeza hacia un lado).
