El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, ha inaugurado la segunda y última fase de las obras de ampliación del centro penitenciario de Lanzarote. Camacho ha estado acompañado por la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo.
El centro penitenciario de Lanzarote se construyó en 1980 y presentaba un deterioro importante en muchas de sus instalaciones. Era además un centro que no respondía a las necesidades actuales ni al concepto moderno de centro penitenciario.
Gracias a las obras realizadas, en las que se han invertido más de 35 millones de euros, se han suprimido las celdas de uso múltiple (hasta para seis internos) y se ha incrementado la capacidad del centro en 97 celdas. El nuevo centro cuenta con 258 celdas, entre residenciales y complementarias.
Las celdas se distribuyen en seis módulos para hombres (222 celdas para dos personas), un módulo para mujeres (14 para dos personas) y 22 celdas complementarias destinadas a enfermería, ingresos y régimen cerrado.
Además, se ha construido también un nuevo edificio en el que se ubica la cocina, lavandería, almacenes y un espacio cultural.
La remodelación del centro se ha acometido en dos fases debido a la necesidad de mantener abierta una parte durante las obras. Las obras de la primera fase se inauguraron en junio de 2008.
Infraestructura penitenciaria de última generación
En la ampliación del centro penitenciario de Lanzarote, se ha seguido el modelo de núcleo urbano autosuficiente que caracteriza a las infraestructuras penitenciarias de última generación, con servicios culturales, sanitarios, deportivos y productivos comunitarios que cubren las necesidades del interno.
También cuenta con los últimos avances tecnológicos en seguridad, como arcos detectores antivandálicos, scanner en los edificios de Control de Accesos e Ingresos y sistema electrónico de toma de huellas.
Se han instalado paneles solares térmicos para agua caliente sanitaria, como medio de mejora del ahorro y la eficiencia energética. En general, las infraestructuras han sido diseñadas y construidas conforme al modelo de arquitectura bioclimática, encaminada a lograr la máxima eficiencia con el mínimo impacto sobre el medio, tanto durante el proceso constructivo, como durante la vida útil del establecimiento penitenciario.